Foto: Interior Audi RS4 con mandos físicos      Créditos: Audi AG

Ese bendito botón

La ventaja obvia de utilizar mandos físicos es que se puede tener la certeza de que se está ajustando algún parámetro en la medida que uno quiere sin necesidad de retirar la vista del camino.

Al subir a un auto por primera vez y después de ajustar el asiento, timón y espejos, ubicamos los principales mandos (aire acondicionado, sistema de navegación, faros, etc.) antes de iniciar la marcha. 
 
Después de conducirlo un par de veces uno ya tiene ubicadas la posiciones en la cabeza y lo normal es que estas se encuentren al alcance de la mano.
 
La ventaja obvia es que no se necesita retirar la vista del camino y que se puede tener la certeza de que se está haciendo lo correcto y ajustando en la medida que uno quiere.
 
Todo esto ha cambiado con la llegada de las pantallas digitales táctiles al auto, que son mucho más flexibles y dinámicas que un simple mando, pero que también presentan nuevos desafíos al requerir la completa atención del usuario para navegar en los diferentes menús y regular correctamente los parámetros.
 
Siguiendo las tendencias, característica propia de la industria automotriz, algunos fabricantes han exagerado en cuanto a la eliminación de mandos físicos tradicionales en beneficio de mandos táctiles o pantallas digitales que brindan poco feedback al conductor y van en detrimento de la ergonomía y seguridad vial.
 
Como siempre, la clave está en el equilibrio; en este caso entre mandos físicos y funciones en una pantalla (los mandos táctiles no son los más adecuados para un automóvil). 
 
Lo que puede parecer un diseño sencillo y fácil no lo es, habiendo que priorizar las funciones y elegir el tipo de mando y su posición en el tablero (o el menú de la pantalla digital).
 
Fuera del timón, los mandos físicos son nuestro mayor punto de contacto con el vehículo. Es necesario que transmitan feedback, cosa muy difícil con una pantalla o un mando táctil.
 
No solo es importante el tipo de mando a utilizar (botones, perillas o palancas) sino también su diseño en cuanto a dimensiones, materiales, sensación al accionarlo y hasta el sonido que produce.
 
Es una forma directa de relacionarse con el vehículo, creando un vínculo incluso más poderoso que la interacción por comandos de voz.
 
Espero que después de leer esta entrada te fijes un poco más en la disposición de los mandos, su diseño, materiales y sensación al accionarlos, la próxima vez que te subas al auto. FK